jueves, 10 de febrero de 2011

salvadoreños por una mejor vida




Las remesas familiares de salvadoreños en el exterior, principalmente de los que residen en Estados Unidos, han catapultado hacia el bienestar económico a miles de familias rurales a las que el Estado les había negado por siglos acceso a educación y servicios básicos, revela un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

A pesar de que El Salvador pertenece aún a la lista del 20 por ciento de países con mayores desigualdades de ingresos, el PNUD ha asegurado en el Informe sobre Desarrollo Humano 2007 que las remesas familiares, que el pasado año alcanzaron la cifra astronómica de más de tres millones de dólares, han logrado reducir “de manera directa” la pobreza en este país.

“De no ser por las remesas, El Salvador sería no solo un país con más población en situación de pobreza, sino también un país bastante más desigual”, se sostiene en el informe, que además reconoce que un aproximado de medio de millón de salvadoreños “vivirían en situación de extrema pobreza si no recibieran remesas”.

Sin embargo, el PNUD advierte en el documento que pese a la “mejoría” en los niveles de reducción de pobreza en El Salvador, “todavía la tasa (de pobres) es muy alta” en este país, donde el 60 por ciento de sus casi seis millones de habitantes es subempleado.

“Cuatro de cada diez familias rurales y casi un tercio de las familias urbanas del país se encuentran en situación de pobreza”, se sentencia en el documento de 138 páginas del organismo internacional.
El PNUD reitera en el informe que la reducción de los niveles de pobreza y el “efecto atenuante de la desigualdad en la distribución del ingreso” en este país, se debe “a la principal red de protección social en El Salvador… la solidaridad familiar de las remesas y los vínculos con las comunidades salvadoreñas en el exterior”.

De acuerdo a datos oficiales, más de tres millones de salvadoreños han salido del país, primero por la guerra civil que vivió esta nación centroamericana entre 1980 y 1992, y luego por la crisis económica y el desempleo. Solo en Estados Unidos viven 2.8 millones de emigrantes salvadoreños, según las mismas fuentes.

Según el organismo internacional, “la pobreza relativa ha aumentado levemente desde 2002, tanto en las zonas rurales como urbanas”, pese a que el porcentaje de hogares en pobreza extrema urbana ha disminuido de 23.3 por ciento a 9.7 por ciento y la rural de 33.6 por ciento a 16.9 por ciento entre 1991 y 2005.

“Este deterioro en las condiciones de vida se debe a una multiplicidad de factores, entre los que se incluyen el aumento del empleo informal, la crisis del café y el deterioro de los ingresos reales”, asegura el PNUD en el documento, donde revela que el salario real cayó casi 22 por ciento entre 2000 y 2006.

La población emigrante, sin embargo, ha ayudado con el envío de remesas a aumentar los “niveles personales de bienestar” y elevar “los ingresos monetarios” de sus parientes que continúan en este país, “permitiéndoles también a éstos salir de la pobreza”, subraya el PNUD en el estudio.

Las remesas, de acuerdo a la investigación, también han constituido para los hogares que las reciben “un importante mecanismo de acumulación de activos”, principalmente en viviendas.

“Las remesas son un factor determinante de la calidad de los materiales con que están construidas las viviendas y, más en general, de las condiciones habitacionales y del acceso a servicios básicos como electricidad y agua por cañería”, sostiene el PNUD en el documento.

Aunque insiste en que “la desigualdad en la distribución del ingreso ha aumentado desde comienzos de los noventa”.

“(Ello) indica que El Salvador continuaría estando entre el 20 por ciento de países con mayor desigualdad del ingreso en el mundo”, puntualiza el documento.




Faustina Custodio (derecha) y su ayudante María Teresa palmean tortillas cerca de la antigua estación del tren, al sur de la ciudad de San Miguel. Un estudio del PNUD reveló que los niveles de pobreza en El Salvador “siguen siendo altos”, pese a las remesas que envían salvadoreños residentes en el exterior.

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