sábado, 8 de enero de 2011

HISTORIA DE ANASTASIO AQUINO






Después de la independencia de los países centroamericanos de España en 1821, se formó una federación (1824) que tuvo una difícil existencia. Los encuentros entre liberales y conservadores, entre los caudillos locales, la falta de recursos y una organización precaria, entre otros, eran caldo de cultivo de violencia a lo largo y lo ancho del istmo.
La necesidad de llevar recursos al Estado obligaba a aplicar una serie de medidas económicas que eran de total desagrado a las mayorías, entre ellas los tributos y expropiaciones. Esta última, especialmente, golpeaba a los llamados indígenas que durante la época colonial al menos tenían asegurada una parcela de tierra. Así, este grupo, que ya desde los primeros años de la llegada de los españoles se encontraba en desventaja dentro de la organización social, lo estaba aún más debido a la agitación de los primeros años de independencia.1
El gobierno de El Salvador tuvo que implementar medidas antipopulares en 1832, tales como una contribución directa sobre la propiedad inmueble y la renta. También el constante reclutamiento forzoso era de desagrado general. Todo esto dio paso a que el descontento se desatara, dando lugar a la proliferación de alzamientos populares y asaltos a cuarteles. Una de las principales rebeliones ocurrió en San Miguel, pero acaecieron otros intentos en Chalatenango, Izalco y Sonsonate que fueron controlados




Fue en Santiago Nonualco donde se realizó el principal alzamiento a comienzos del año 1833 encabezado por Anastasio Aquino, quien exhortaba a desobedecer al gobierno. A finales de enero, el caudillo logró reunir un ejército de proporciones suficientes para presentar batalla. Es probable que reuniera unos 3.000 hombres.3 El comandante de la vecina ciudad de San Vicente, J.J. Guzmán, recibió órdenes de sofocar la rebelión, pero en el primer intento terminó emboscado. Otro ataque, realizado el 5 de febrero, también fracasó. Al tener noticia de esta última derrota el comandante Guzmán huyó.4
Mientras tanto, en la ciudad capital de San Salvador, el jefe político Mariano Prado, al verse incapaz de sostener la situación, depositó el poder en el Vice Jefe Joaquín San Martín. Este nombramiento provocó descontento entre las filas militares, por lo que la tropa abandonó la ciudad. La localidad quedó sumida en el caos, y el mismo San Martín tuvo que resguardarse para salvar su vida.5 Por su parte, Aquino no recibió las noticias del desorden que reinaba en la capital; de haberlo conocido, la ocupación no hubiera sido difícil.5 Con sus tropas acantonadas en Zacatecoluca, decidió partir a la vecina San Vicente el día 14 de febrero. En este lugar los vecinos de la ciudad se apresuraron a resguardar todo objeto de valor. Con dos tropas —una al mando de su hermano y otra de un amigo— arribó la madrugada del día 15 bajo condiciones amigables pues los habitantes preferieron no enfrentarlo.
El rebelde tuvo la intención de quemar la ciudad por haber recibido desde allí los primeros ataques, pero desistió ante la intervención de un antiguo amo para el cual había servido.5 Aquino fue nombrado por sus parciales como Jefe Político de San Vicente, pero ni con esto impidió un saqueo general a la ciudad. De acuerdo a la tradición popular, Aquino se dirigió a la Iglesia de El Pilar y, después de quitarle la corona a la imagen de san José, se la colocó en su propia cabeza y se proclamó como Rey de los Nonualcos.6 Asimismo, en Tepetitán se le proclamó "Comandante General de las Armas Libertadoras",6 y emitió su Decreto de Tepetitán el 16 de febrero. El pequeño código regulaba con duras penas el homicidio, robo y vagancia, entre otros; además, tenía un apartado para la protección de las mujeres casadas o recogidas, una sección notable por la situación de desventaja en que se encontraba la mujer en esa época.7 Por otro lado, el Gobierno trataba de llegar a un acercamiento con el sublevado para que depusiera sus armas bajo la intermediación de dos sacerdotes: uno de ellos, de apellido Navarro, tuvo contacto con Aquino, sin obtener resultados.
No obstante, las autoridades lograron reunir un ejército para enfrenar a Aquino, agregándose a las tropas habitantes de San Vicente, con la intención de vengar el saqueo. Uno de los comandantes, el Mayor C. Cuellar, quiso enfrentar por sí solo al rebelde, pero salió derrotado. De acuerdo al folclore, Aquino se le abalanzó al grito de "treinta arriba, treinta abajo, y adentro Santiagueños" que probablemente se refería al lugar que ocupaban sus tropas al momento del ataque.8
Fue la mañana del 29 de febrero que se libró la batalla decisiva en Santiago Nonualco entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes, quienes se presume estaban siendo diezmados por una enfermedad. Aprovechando la situación, el coronel J. López mandó un ataque general que dispersó a los insurrectos, pero no se logró la captura de Aquino.9
Para atrapar al rebelde, se propuso perdón a las vidas de quienes revelaran su paradero. A pesar de que hubo negativa de sus parciales, hubo alguien que lo traicionó y logró ser capturado el 23 de abril.9 Aquino seria trasladado a Zacatecoluca donde fue juzgado y condenado a muerte. En la ciudad de San Vicente se ejecutó la pena por decapitación. La cabeza del insurrecto fue colocada en una jaula con el rótulo: "ejemplo de revoltosos

ROQUE DALTON









Roque Dalton García (San Salvador, 14 de mayo de 1935 - 10 de mayo de 1975) fue un poeta, novelista, y ensayista salvadoreño.

Hijo del inmigrante estadounidense Winnall Dalton, quien estaba casado con Aída Ulloa, y de la enfermera salvadoreña María Josefa García, Roque Dalton fue educado con los jesuitas en el Colegio Externado de San José. Viajó a Santiago de Chile en 1953, para estudiar Derecho, aunque volvió a San Salvador a continuar sus estudios. En 1957, con otros estudiantes salvadoreños, visitó la URSS para participar en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad. Durante el cual conoció a intelectuales y políticos que luego cobrarían relevancia en el contexto internacional, como el revolucionario nicaragüense Carlos Fonseca, fundador del FSLN, el poeta guatemalteco que ganaría el Premio Nobel años más tarde, Miguel Ángel Asturias, el poeta argentino Juan Gelman y el poeta turco Nazim Hikmet.

Fundó el Círculo Literario Universitario (1956) junto con el poeta guatemalteco exiliado en El Salvador Otto René Castillo. En esta iniciativa participaron otros poetas salvadoreños contemporáneos, como Manlio Argueta, José Roberto Cea y Tirso Canales. Dalton es considerado una de las voces más influyentes de la Generación Comprometida.

Encarcelado en 1960, fue liberado en octubre de ese año, al ser derrocado el presidente José María Lemus. Roque Dalton recorrió el mundo, viajó a países como la Unión Soviética y Corea del Norte, y vivió temporadas largas en México, Checoslovaquia y en Cuba.

Roque Dalton tiene en su honor haber continuado en el país la estirpe de poetas como Oswaldo Escobar Velado y Pedro Geoffroy Rivas, quienes impulsaron años antes una literatura de denuncia, que describía con cruda realidad la situación económica y social sin dejar escondido nada y sin ser amable con los culpables de la situación.

Obras: La ventana en el rostro (1962), El turno del ofendido (México, 1964), Miguel Mármol (Costa Rica, 1972), Pobrecito poeta que era yo... (Costa Rica, 1975), Monografía sobre El Salvador (La Habana, ?), Taberna y otros lugares (Premio Casa de las Américas 1969), Poemas clandestinos (El Salvador, 1975), Historias prohibidas del pulgarcito (México, 1975), Un libro rojo para Lenin (póstumo; Managua, 198?).

Es el creador de la pieza poética Poema de amor, donde presenta en forma mordaz ciertos rasgos de identidad de los salvadoreños, en todo tiempo y lugar, pieza que ha sido convertida en el himno nacional verdadero para las mayorías, sobre todo las que se encuentran fuera de El Salvador.

Sus textos continúan vigentes después de casi 40 años de haber sido escritos y publicados en diversos países durante los años sesenta y setenta.

Roque fue asesinado por sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), la guerrilla a la cual pertenecía en ese momento, junto con el obrero Armando Arteaga, "Pancho", bajo la acusación de ser agente de la Central de Inteligencia de EE. UU., en una casa del barrio de Santa Anita, en San Salvador. También fue acusado de trabajar para la inteligencia cubana, quizá uno de los "agravantes" para su asesinato. Las acusaciones fueron desmentidas después. El ERP era liderado por Alejandro Rivas Mira. Los otros miembros del ERP que se encontraban al frente de la organización al momento del asesinato son Jorge Meléndez, Vladimir Rogel y Joaquín Villalobos. Poco más de un año después del asesinato, Villalobos pasó a dirigir el ERP y posteriormente formó parte de la comandancia general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador (FMLN), siendo en tal calidad, firmante de los acuerdos de paz en 1992. No es claro aún, quien disparó el arma. Tampoco con exactitud, donde fue asesinado de lo cual hay dos versiones: una, la más probable, es que haya sido en el Barrio Santa Anita, al sur de la capital. La otra es que haya sido en El Playón, un lugar de lava seca del volcan Quezaltepec o San Salvador.

Luego de la firma de los acuerdos de paz en 1992, sus escritos han sido difundidos de manera legal y forman parte del contenido programático oficial de algunos niveles de educación media. Entre 2005 y 2008 aparecieron los tres volúmenes de su Poesía completa, bajo el sello editorial de la estatal Dirección de Publicaciones de CONCULTURA, labor que fue orientada por el ensayista salvadoreño Rafael Lara Martínez. El primer tomo está prologado por el especialista daltoniano Luis Melgar Brizuela. El segundo y tercer tomo lo prologaron, respectivamente, los también especialistas en Dalton Luis Alvarenga y Miguel Huezo Mixco.

La novela "Pobrecito poeta que era yo", publicada un año después de su muerte, por la editorial EDUCA, dirigida por Ítalo López Vallecillos, es un vistazo a su generación literaria (la Generación Comprometida). En ella, toman la voz distintos personajes (Álvaro, un trasunto de Álvaro Menéndez Leal; Arturo, que recuerda al dramaturgo Roberto Arturo Menéndez; Roberto, que es un tanto Roque Dalton y un tanto Roberto Armijo). En conjunto, es una novela en la que se intercalan diarios personales, los recuerdos de la captura y fuga de la cárcel de Cojutepeque en el año 1964, el clima intelectual de El Salvador en 1956, junto a los grandes temas de Dalton: el país, la política, el compromiso del escritor. El capítulo titulado "El party" es un derroche de sentido del humor. Puede leerse como una "Bildungsroman" de la Generación Comprometida.

Veinticinco años después de su asesinato, en 2000, el poeta y pintor salvadoreño Javier Alas publicó la primera biografía de este autor, bajo el título Roque Dalton, el turno del poeta. En 2002, el también poeta Luis Alvarenga publicó un trabajo más extenso, El ciervo perseguido. En 2006, el especialista en Roque Dalton, Luis Melgar Brizuela, defendió en el Colegio de México, una extensa tesis doctoral sobre el autor del Poema de amor. Igualmente, en el año 2010, Alvarenga culminó su tesis doctoral sobre Dalton, para ser defendida en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.