jueves, 6 de enero de 2011

Monseñor Romero




Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (Ciudad Barrios, El Salvador, 15 de agosto de 1917 – San Salvador, El Salvador, 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño, cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Él se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.

Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país.[2] Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." (11 de noviembre de 1977)

En 1994, una causa para su canonización fue abierta por su sucesor Arturo Rivera y Damas; Monseñor Romero recibió el título de Siervo de Dios.[3] El proceso de canonización continúa. En Latinoamérica muchos se refieren a él como San Romero de América.[4] Fuera de la Iglesia Católica, Romero es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad[5], incluyendo a la Comunión Anglicana.[6][7] Él es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la Abadía de Westminster, en Londres.

Óscar A. Romero nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, en el departamento de San Miguel (El Salvador). Era el segundo de 8 hermanos, hijos del matrimonio formada por el telegrafista y empleado de correos, Santos Romero y Guadalupe Galdámez.[1] Fue bautizado, el 11 de mayo de 1919, en la iglesia parroquial de su ciudad natal. Desde niño tuvo una salud muy frágil, fue retraído y callado. En la escuela pública donde estudió, él destacó en materias humanísticas más que en matemáticas. Él practicó desde su infancia, la oración nocturna y la veneración al Inmaculado Corazón de María.

En 1930, a la edad de 13 años ingresó al seminario menor de San Miguel, que era dirigido por sacerdotes claretianos, posteriormente, en 1937 ingresó en el Seminario de San José de la Montaña, en San Salvador;[1] ese mismo año, viajó a Roma donde continúo sus estudios de teología en el Colegio Pío Latinoamericano (actual Universidad Gregoriana), hasta que llegó a ser ordenado sacerdote, el 4 de abril de 1942, a la edad de 24 años. [9] En Roma fue alumno de monseñor Giovanni Batista Montini, (futuro papa Pablo VI).

Regresó a El Salvador en 1943 siendo nombrado párroco de la ciudad de Anamorós, en La Unión; después fue enviado a la ciudad de San Miguel donde sirvió como párroco en la Catedral de Nuestra Señora de La Paz y como secretario del Obispo diocesano, monseñor Miguel Ángel Machado.

Posteriormente fue nombrado secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador en 1968. El 21 de abril de 1970, el papa Pablo VI lo designa Obispo Auxiliar de San Salvador, recibiendo la consagración episcopal, el 21 de junio de 1970, de manos del nuncio apostólico Girolamo Prigrione.[9] El 15 de octubre de 1974, fue nombrado obispo de la diócesis de Santiago de María, en el departamento de Usulután, ocupó esa sede durante dos años.[9] El 3 de febrero de 1977, es nombrado por el Papa Pablo VI, como Arzobispo de San Salvador, para suceder a Monseñor Luis Chávez y González.[9]

Muchos sacerdotes y laicos de la arquidiócesis, sintieron extrañeza ante su nombramiento, pues preferían para el cargo a Mons. Arturo Rivera y Damas, obispo auxiliar de Mons. Chávez.[10] Algunos consideraron a Romero como el candidato de los sectores conservadores[11] que deseaban contener a los sectores de la Iglesia arquidiocesana que defendían la “opción preferencial por los pobres” (conocidos como clero medellinista).

El 10 de febrero de 1977 en una entrevista que le realizó el periódico La Prensa Gráfica, el arzobispo designado afirmó que:

El gobierno no debe tomar al sacerdote que se pronuncia por la justicia social como un político o elemento subversivo, cuando éste está cumpliendo su misión en la política de bien común.

El 20 de febrero, mientras la arquidiócesis se preparaba para la toma de posesión del nuevo arzobispo, el país celebraba elecciones presidenciales. Luego de los comicios, el 26 de febrero, el Consejo Central de Elecciones, declaró vencedor al general Carlos Humberto Romero, candidato del Partido de Conciliación Nacional, (en el poder desde 1962). Las fuerzas opositoras denunciaron un fraude electoral de grandes proporciones y convocaron a una concentración popular en la Plaza Libertad de San Salvador. El 28 de febrero, las fuerzas de seguridad gubernamentales disolvieron violentamente esta concentración popular, con un saldo de decenas de muertos y desaparecidos

Durante la semana anterior a la toma de posesión de Mons. Romero como arzobispo, el gobierno del presidente Arturo Armando Molina, arrestó y expulsó del territorio salvadoreño a los sacerdotes Bernard Survill (norteamericano) y Willibrord Denaux (belga), miembros del clero arquidiocesano. Tres semanas antes, a finales de enero, había sido arrestado y expulsado del país, el sacerdote colombiano Mario Bernal.

El 22 de febrero, Mons. Romero tomó posesión del cargo de Arzobispo de San Salvador, en una ceremonia sencilla celebrada en la capilla del Seminario Mayor de San José de la Montaña, a la que asistieron el nuncio apostólico, Mons. Emmanuelle Gerada y los demás obispos de El Salvador. Ese mismo día, el gobierno anunció que varios religiosos que se hallaban fuera del país, entre ellos, el español Benigno Fernández S. J. y el nicaragüense Juan Ramón Vega Mantilla, no debían regresar.

El 5 de marzo durante una asamblea especial de los obispos, se eligió a Mons. Romero como vicepresidente de la Conferencia Episcopal de El Salvador y se preparó un comunicado para denunciar la persecución de la Iglesia en el país.

El 12 de marzo de 1977, el P. Rutilio Grande, S. J., amigo intimo de Mons. Romero fue asesinado en la ciudad de Aguilares junto con dos campesinos. Grande llevaba cuatro años al frente de la parroquia de Aguilares, donde había promovido la creación de comunidades cristianas de base y la organización de los campesinos de la zona. El propio presidente de la República informó a Mons. Romero sobre la muerte de Grande, prometiendo una investigación sobre los hechos. El arzobispo reaccionó a este asesinato convocando a una misa única, para mostrar la unidad de su clero. Esta misa se celebró el 20 de marzo, en la plaza Barrios de San Salvador, a pesar de la oposición del nuncio apostólico y de otros obispos


1978-1979 Él comenzó a cambiar su predicación y pasó a defender los derechos de los desprotegidos. Monseñor Romero denunció en sus homilías, los atropellos contra los derechos de los campesinos, de los obreros, de sus sacerdotes, y de todas las personas que recurrieran a él, en el contexto de violencia y represión militar que vivía el país. En sus homilías posteriores a la muerte de Rutilio Grande, recurre sin temor a los textos de la Conferencia de Medellín, y pide una mayor justicia en la sociedad. Durante los tres años siguientes, sus homilías, transmitidas por la Radio diocesana YSAX denuncian la violencia tanto del gobierno militar como de los grupos armados de izquierda. Señala especialmente hechos violentos como los asesinatos cometidos por escuadrones de la muerte y la desaparición forzada de personas, cometida por los cuerpos de seguridad. En agosto de 1978, publica una carta pastoral donde afirma el derecho del pueblo a la organización y al reclamo pacífico de sus derechos.

En octubre de 1979, recibe con cierta esperanza, las promesas del nuevo gobierno de la Junta Revolucionaria de Gobierno, pero con el transcurso de las semanas, vuelve a denunciar nuevos hechos de represión realizados por los cuerpos de seguridad.

Un día antes de su muerte hizo un enérgico llamamiento al ejército salvadoreño:

"Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión."

El día lunes 24 de marzo de 1980 fue asesinado cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia, en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador impacto en su corazón, en el preciso momento de la eucaristía. Al ser asesinado, tenía 62 años de edad. Sus restos mortales descansan en la cripta de la Catedral de San Salvador. En 1993 la Comisión de la Verdad, organismo creado por los Acuerdos de Paz de Chapultepec para investigar los crímenes más graves cometidos en la guerra civil salvadoreña, concluyo que el asesinato de Monseñor Oscar Romero había sido ejecutado por un escuadrón de la muerte formado por civiles y militares de ultraderecha y dirigidos por el mayor Roberto d'Aubuisson, (fundador del Partido ultra conservador ARENA) y el capitán Álvaro Saravia. D'Aubuisson, que murió en 1992, siempre rechazó su vinculación al hecho. En 2004, una corte de los Estados Unidos, declaró civilmente responsable del crimen al capitán Saravia y le impuso la obligación de pagar una indemnización a la familia de Monseñor Romero.

El 12 de mayo de 1994 la Arquidiócesis de San Salvador pide permiso a la Santa Sede para iniciar el proceso de canonización. El proceso diocesano concluye en 1995 y el expediente es enviado a la Congregación para la Causa de los Santos, en el Vaticano, quien en 2000 se lo trasfiere a la Congregación para la Doctrina de la Fe (en ese entonces dirigida por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, futuro Papa Benedicto XVI) para que analice concienzudamente los escritos y homilías de monseñor Romero. Una vez terminado dicho análisis, en 2005 el postulador de la causa de canonización, monseñor Vicenzo Paglia, informa a los medios de comunicación de las conclusiones del estudio: “Romero no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres”. El proceso seguirá nuevos trámites, que si son superados, podrían acercar la fecha en que Óscar Arnulfo Romero sea elevado a los altares como el primer santo y mártir de El Salvador.

Romero fue símbolo de unión con los pobres durante la guerra en El Salvador (1980-1992). Actualmente es considerado como un símbolo por distintas comunidades hispanas, y de otras partes del mundo.

Él es ya considerado por muchos como "San Romero, Mártir de las Américas".

La película Romero, realizada en 1989, está basada en su biografía. Con guión escrito por John Sacret Young y siendo Raúl Julia la estrella principal, representando a Monseñor Oscar Romero.

La canción "El padre Antonio y su monaguillo Andrés", de Rubén Blades, narra la historia de un sacerdote centroamericano asesinado durante la misa, como un homenaje a "un cura bueno: Arnulfo Romero".

Citas

"Y si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño."
"La Iglesia no debe meterse en política, pero cuando la política toca el altar de la Iglesia. ¡A la Iglesia le toca defender su altar!"

JOSE FELICIANO AMAS





JOSÉ FELICIANO AMA ES UN MÁRTIR POPULAR

Nació en Izalco, Departamento de Sonsonate, en 1881, y murió linchado por una turba enardecida y xenofóbica de ladinos, prodictadura y terratenientes, luego fue colgado de un árbol con un lazo, para dar la impresión que había muerto ahorcado el 28 de enero de 1932. Usaba pelo corto, bigote y barba bien recortada, vestía camisa y pantalón de manta, caites de cuero y sombrero de palma, fue un hombre humilde, respetuoso, de voz apacible, firme y convincente, no hablaba mucho castellano sino en su lengua natal —el náhuat—, trabajó de jornalero, gustaba sembrar maíz negro, era devotamente cristiano, querido y apreciado por los demás indígenas.

Casado con Josefa, hija de Patricio Shupan, quien era mayordomo principal de la cofradía del Corpus Christi (Espíritu Santo) y a la vez cacique de Izalco. Feliciano Ama recibió de su suegro respaldo y apoyo, él lo ayudaba a recibir a los mandaderos de la cofradía, recolectar las ofrendas y lo acompañaba a las reuniones importantes. Patricio Shupan murió a causa de un sorpresivo fortísimo dolor de estómago en 1917, luego de asistir a un almuerzo en la residencia presidencial con uno de los presidentes de la dinastía Meléndez-Quiñónez, Carlos Meléndez.

Para esos años Patricio Shupan ya reclamaba la expropiación de las tierras comunales que el gobierno le había arrebatado a los indígenas, la expropiación de éstas por parte del gobierno, el maltrato inhumano y la extrema explotación de que eran víctima los indígenas fue la semilla de la discordia que desembocó en la insurrección indígena y en donde la fuerza armada cometió el peor etnocidio del siglo XX.

Fueron masacrados más de 30 mil indígenas; este hecho histórico es conocido y denominado por los historiadores gobiernistas como los "sucesos de 1932". Al fallecer Shupan, en 1917, Ama se convirtió en el cacique de los indígenas de Izalco y dirigente de la cofradía del Espíritu Santo, constituida en su totalidad por indígenas.

Continuó él la demanda por la devolución de las tierras comunales, la denuncia y la condena por la violación de los derechos humanos cometida contra su pueblo.

Mario Zapata y Alfonso Luna, jóvenes universitarios, al enterarse de los preparativos de la insurrección indígena liderada por el cacique Feliciano, llegaron a Izalco como dirigentes del Partido Comunista de El Salvador(PC), con el interés de aprovechar políticamente la situación con el propósito de que el PCS tomara la dirección.

Pero era ya demasiado tarde, Feliciano y los otros dirigentes indígenas tenían previsto el levantamiento indígena y al PCS no le quedó otra opción que adherirse a la revuelta indígena. En la noche del 22 de enero de 1932, Feliciano Ama ingresó a Sonsonate con centenares de indígenas, pero en la madrugada llegó gente extraña al movimiento, proveniente de Juayúa y ésta hizo destrozos, mataron al alcalde, cometieron acciones vandálicas y toda la responsabilidad se la atribuyeron injustamente al líder indígena Feliciano Ama, quien luego se replegó a unos huatales en las afueras de Izalco.

Los ladinos comenzaron a pedir su cabeza y desarrollaron un racismo paranoico.

La misión de atrapar a José Feliciano Ama fue encomendado a Cabrera, comandante de la guarnición de Izalco y reconocido como un matón que odiaba a los indígenas. Él salió con varios perros hacia los alrededores de Izalco, iba con varias decenas de soldados armados "hasta los dientes" vestidos de paisano y cuando llegaron al lugar donde se encontraba el líder indígena, lo embosca-ron, lo capturaron y amarrado se lo llevaron. a la alcaldía.

Ama gritaba: ¡vivan los indígenas!, ¡las tierras son nuestras¡, con su asesinato quisieron de esta forma apagar su voz por la justicia. Feliciano quedó suspendido de una ceiba frente a la Iglesia de la Asunción, como ejemplo de lo que le podía suceder a todo aquel que reclamara lo que le habían robado los terratenientes y los altos funcionarios de la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez y de otros gobernantes anteriores.

MAXIMILIANO HERNANDEZ MARTINEZ






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LA EPOCA DEL AUTORITARISMO MILITAR, ALZAMIENTO DE CAMPESINOS, FARABUNDO MARTI, EL PRUD, GOBIERNOS PECENISTAS (1931-1979)

El dirigente indígena Feliciano Ama, acaudilló el levantamiento campesino en Izalco de 1932. Tras la derrota de la rebelión fue capturado y ejecutado. La imagen muestra el momento de su ejecución.

El General Maximiliano Hernández Martínez, (1931-1944), encabezó un gobierno autoritario y ultraconservador hasta ser derrocado por una huelga general.Ante la grave situación económica que vivía el país por la caída de los precios del café, el gobierno de Araujo entró en crisis y fue derrocado por un grupo de militares, el 2 de diciembre de 1931. Éstos entregaron el poder al vicepresidente de Araujo, general Maximiliano Hernández Martínez, dando inicio a un período de gobiernos autoritarios controlados por la Fuerza Armada y apoyados por los terratenientes cafetaleros

Desde 1931 hasta 1979, los gobiernos autoritarios de este régimen militar-oligárquico emplearon una política que combinaba la represión política y las reformas limitadas para mantenerse el poder[13].

MAXIMILIANO HERNANDEZ MARTINEZ

General Maximiliano Hernández MartínezMaximiliano Hernández Martínez (San Matías, El Salvador 21 de octubre de 1882 - Hacienda Jamastrán, Honduras, 15 de mayo de 1966) fue un militar y político salvadoreño, Presidente de la República (1931-1944) considerado por muchos como el gobernante más despótico de la Historia de El Salvador, pero a pesar de ello, ha sido el mejor presidente que ha tenido El Salvador (economicamente hablando).

Estudió en el Instituto Nacional de San Salvador y empezó a estudiar derecho, en la Universidad de El Salvador, sólo llegó a segundo año; por lo que se hizo militar en la Escuela Politécnica de Guatemala.

Sirvió en diferentes puestos dentro del Ejército hasta que en 1931, luego de un golpe militar llega al poder donde depuso al entonces presidente Arturo Araujo, con lo que comienza la época de dictaduras militares en El Salvador.

Tras asumir la presidencia gobernó por trece años con una dictadura sangrienta, reprimió un levantamiento indígena que desencadenó una masacre en la ciudad de Izalco, soporta varios intentos de golpe de Estado hasta que la famosa huelga de brazos caídos promovida por un movimiento cívico-militar llamado "Movimiento del 44", en la que todo el país participa, logran deponerlo en 1944.

GOBIERNO DE MAXIMILIANO HERNANDEZ MARTINEZ

Luego del golpe que derrocó a Araujo, el Directorio cívico puso en el poder al General Maximiliano Hernández Martínez, quien se había desempeñado como vicepresidente y ministro de guerra del gobierno Arturo Araujo. Hernández, que en El Salvador fue más conocido por su apellido materno Martínez, no hizo sino aumentar la represión política contra los opositores al régimen, apoyado por su partido político Pro Patria.

En 1932, poco después de comenzar la construcción de la carretera Panamericana, ocurrió un levantamiento de campesinos e indígenas debido a que en las elecciones municipales, el gobierno desconoció la victoria de los candidatos comunistas y fueron reprimidos con gran violencia ocasionado la muerte de entre 15 a 30 mil campesinos e indígenas que fueron asesinados o murieron en los combates.

El Salvador: Las huellas de la muerte en el presente de los indígenas], consultado el 5 de abril de 2007 Luego de "la matanza", Agustín Farabundo Martí, uno de los líderes del levantamiento, que eran un intelectual de clase media, fue encarcelado y luego ejecutado, junto con otros dirigentes del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) que habían participado en la insurrección. La matanza sería recordada y ha sido causa de la gran división que existió entre militares y civiles en El Salvador.

En las elecciones de 1935 fue elegido por un mandato de 4 años. En 1939 convoca a una Asamblea Constituyente que prorrogó su mandato por 5 años más.

El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, significó un aumento en las exportaciones a los Estados Unidos y el mejoramiento de la economía salvadoreña.

Eso le permitió a Martínez relizar algunas reformas sociales y una ligera redistribución de la tierra mediante un programa agrario. Martínez, se sentía muy atraído por los éxitos de los gobiernos fascistas europeos en especial por Hitler y Mussolini, pero estando bajo la presión de EE. UU., cuando la guerra comenzó a cambiar de rumbo, tuvo que olvidarse de sus simpatías y aceptó alinearse al lado de los Aliados.

Ese cambio en su política exterior, y la represión contra los comunistas y opositores a su gobierno, le permitió obtener mayor apoyo de Washington. En 1943, Martínez trató de aumentar las tasas tributarias a las exportaciones para obtener mayores ingresos para el estado y eso rompió la débil relación que mantenía con los grupos oligarcas, que se aprovechaban de su dictadura, tolerándole sus poses excéntricas y la antipatía que sentían por su humilde origen.
Cuando el dictador trató de extender su permanencia en el poder, más allá de 1944, la oposición levantó su voz de protesta. Estallo un alzamiento militar, el 2 de abril de ese año, que fue aplastado con un baño de sangre, consultado el 5 de abril de 2007 Los políticos de oposición, oficiales del ejército, comerciantes y productores de café, se hicieron sentir y lanzaron una huelga general de protesta que obligó a Martínez a renunciar, el 9 de mayo de 1944.

El general Martínez se exilió en Honduras, donde murió asesinado en 1966 por su chofer, Cipriano Morales, quién era hijo de una de las víctimas de la dictadura.

LA DICTADURA DE MARTINEZ (1931-1944)

Apenas había asumido el poder el general Maximiliano Hernández Martínez, cuando en enero de 1932, el PCS participó en una insurrección popular junto a grupos indígenas y campesinos del occidente del país. Los planes de dicha insurrección fueron conocidos por el gobierno, y Farabundo Martí y otros líderes del PCS fueron arrestados antes de la misma. Los alzados lograron apoderarse de las ciudades de Juayúa, Nahuizalco, Izalco, Sonzacate, Tacuba y Salcoatitan, en donde atacaron a las familias terratenientes. Posteriormente, la insurrección, fue aplastada sangrientamente por la dictadura de Martínez. El número de víctimas civiles de la represión militar ha sido debatido por los historiadores; algunos hablan de 10,000 muertos; otros elevan la cifra a entre 20,000 y 30,000 muertos. [14] Farabundo Martí y los otros líderes del PCS fueron fusilados el 1 de febrero. También fue ejecutado Feliciano Ama, cacique de los indígenas Izalcos y Francisco Sánchez, líder campesino de Juayúa.

Aunque el PCS se inspiró en el triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917 para organizar la insurrección de 1932, en realidad el Partido estaba conformado por un núcleo pequeño de intelectuales y estudiantes universitarios y tuvo un rol muy limitado en la insurrección. Las masas que participaron en la insurrección fueron mayoritariamente indígenas. Esto es muy importante indicarlo, ya que la insurrección de 1932 es reconocida por varios sociólogos e historiadores salvadoreños como la continuidad de la lucha de resistencia indígena iniciada por el indígena Anastasio Aquino, cacique de los Nonualcos. Entonces ocurrió que varios procesos históricos confluyeron y chocaron en El Salvador de 1932: la dictadura oligarca de las grandes familias cafetaleras, la resistencia indígena salvadoreña, y la Guerra Fría, en el cual la oligarquía y el Ejército se alinearon con Estados Unidos para seguir ostentando el poder. Luego de la sangrienta represión considerada por muchos historiadores como un genocidio, se produjo una progresiva desaparición de las costumbres indígenas.

Vencida la insurrección, el general Martínez consolidó su gobierno e inauguró lo que más tarde sería conocido como la Dictadura Militar de corte fascista. Martínez aprobó una serie de medidas económicas para afrontar la crisis que vivía el país ante la caída de los precios del café, entre ellas la condonación de las deudas a los hacendados cafetaleros y la creación del Banco Hipotecario, entidad financiera estatal que concedió créditos a los terratenientes. Martínez fue derrocado en 1944 luego de una paralización social en todo el país conocida como la "Huelga de Brazos Caídos", pero el Ejército y la oligarquía retomaron el poder.

Después del derrocamiento del dictador, ocupo el gobierno el general Andrés Ignacio Menéndez, el cual al intentar hacer elecciones libres, fue derrocado el 21 de octubre de 1944. Asumió la presidencia el coronel Osmín Aguirre y Salinas, que convocó elecciones presidenciales en 1945. La oposición afirmó la victoria de su candidato que Miguel Tomás Molina, pero los militares proclamaron el triunfo del general Salvador Castaneda Castro.

Entre 1945 y 1948, el breve gobierno de Castaneda Castro, continuó muchas de las políticas del gobierno dictatorial de Martínez[15].

El Salvador - Oración a la Bandera Salvadoreña.





Oración a la Bandera de El Salvador

"Dios te salve patria sagrada,
en tu seno hemos nacido y amado,
eres el aire que respiramos,
la tierra que nos sustenta,
la familia que amamos,
la libertad que nos defiende,
la religión que nos consuela.

Tu tienes nuestros hogares queridos,
fértiles campiñas, ríos majestuosos,
soberbios volcanes, apacibles lagos,
cielos de púrpura y oro.
En tus campos ondulan doradas espigas,
en tus talleres vibran los motores,
chisporrotean los yunques,
surgen las bellezas del arte.

Patria en tu lengua armoniosa pedimos a la providencia que te ampare,
que abra nuestras almas al resplandor del cielo,
grabe en ella dulce afecto al maestro y a la escuela
y nos infunda tu santo amor.

Patria tu historia,
blasón de héroes y mártires,
reseñas virtudes y anhelos;
tú reverencias el acta que consagró la soberanía nacional
y marcas la senda florida
en que la justicia y la libertad
nos llevan hacia Dios.

¡Bandera de la Patria,
símbolo sagrado de El Salvador,
te saludan reverentes las nuevas generaciones
¡ Para ti el sol vivificante de nuestras glorias,
los himnos del patriotismo,
los laureles de los héroes
y la corona de amor
que hoy ceñimos a tus inmortales sienes.

!para ti el respeto de los pueblos!

David J. Guzman.

El culto a la Bandera Nacional adquiere los caracteres de una suprema devoción. Ella concreta y expresa simbólicamente todas las luchas libertarias del pueblo salvadoreño. Bajo sus pliegues se han cobijado los ideales de paz, trabajo y progreso de la nacionalidad salvadoreña; y respetándola, amándola y aprendiendo a defenderla, se podrá conducir a la Patria hacia la realización de su gran misión histórica

LA BANDERA NACIONAL





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Es la Bandera Nacional un paralelogramo de tela, compuesto de tres fajas horizontales azules la primera y tercera, blanca la del centro, sus dimensiones oficiales son: 3.35 metros de largo por 1.89 de ancho; cada faja, 0.63 de ancho. Sin embargo, puede dársele cualquiera dimensión, siempre que conserve las mismas franjas y ambos colores. Fue adoptada por Decreto Legislativo el 17 de mayo de 1912, publicado en el Diario Oficial el 30 de mayo del mismo año. Presidente de la Asamblea Nacional era El Doctor Francisco Vaquero, Primer Secretario don Juan Mena y Segundo Prosecretario don R. Quintanilla. La iniciativa partió del Presidente de la República, Doctor Manuel Enrique Araujo. Es la misma Bandera de la Federación Centroamericana, decretada por la Asamblea Nacional Constituyente el 21 de agosto de 1823, sus colores fueron escogidos por Manuel José Arce cuando lo nombraron jefe de los milicianos salvadoreños que combatieron la anexión de las Provincias Unidas del Centro de América a México en 1822.

El Presidente de la República doctor Manuel Enrique Araujo, izó la nueva Bandera en el asta colocada frente a laTribuna Presidencial del Campo Marte, en la mañana del 15 de Septiembre de 1912. En aquella solemne ceremonia hicieron acto de presencia funcionarios civiles y militares, junto a numerosa concurrencia. En su libro "Cívica y Moral Práctica" edición de 1914, el Doctor David J. Guzmán describe la ceremonia así:

" El 15 de septiembre de 1912 en la gran Revista Militar del Campo de Marte se celebró la importante ceremonia del Juramento de la nueva Bandera de El Salvador. A un acto tan emocionante rindió el ejército y la muchedumbre el tributo de su admiración y entusiasmo al flotar el viento el gallardo emblema de nuestra nacionalidad", " Un sol brillante y un cielo sereno arriba, servían de majestuoso palio a esta escena deslumbradora; mientras que sobre el verde césped las fulgurantes armas, lo toques marciales de las bandas, el clamoreo de las gentes parecían como las olas de un mar agitado que conmovían las almas en un ritmo de entusiasmo". Según la ley, usarán la Bandera Nacional los enviados del Gobierno a naciones extranjeras. También las oficinas de los Supremos Poderes y de cualesquiera instituciones oficiales o municipales, sin el escudo, pero sí con las palabras "Dios Unión Libertad" en la franja blanca. En los puertos y buques la Bandera llevará el Escudo en el centro.

En los buques mercantes, las banderas y gallardetes no llevarán escudo, "sino las palabras Dios Unión Libertad", en letras de color plateado.

La Bandera de los cuerpos militares deberá contener en el centro el Escudo con todos sus blasones interiores, en la faja superior las Palabras " Dios Unión Libertad" y en la faja inferior, la clase y el número de cada cuerpo militar. En los de infantería y artillería el color de ambas leyendas será dorado; en los de caballería, plateado.

El poder Ejecutivo podrá autorizar a instituciones particulares, municipales u oficiales para que coloquen un lema especial en la Bandera; a condición de que lleve siempre las palabras " Dios Unión Libertad". Con una multa de cincuenta colones por infracción, exigidos gubernamentalmente, será sancionada la persona o institución que use la Bandera en forma y de manera distintas a las que prescribe la ley.

En las fiestas patrias es obligatorio izar la Bandera en los edificios públicos del país. También en el aniversario de las naciones con quienes El Salvador cultiva relaciones de amistad, junto con la Bandera del respectivo país. La ceremonia se efectúa a las 6 horas, con acompañamiento de 21 disparos de cañón. A las 18 horas del mismo día debe arriarse la Bandera con los mismo honores.

Civiles y militares están en la obligación de saludar a la Bandera cuando pasan frente a ella. Los segundos con la mano derecha extendida y puesta sobre la visera; los primeros, con el antebrazo derecho horizontalmente colocado sobre el pecho.

En las fechas de duelo nacional, la Bandera se coloca a media asta con un crespón negro en su extremo superior. Para izarla se lleva primero hasta el extremo superior del asta y de allí se baja. La misma operación pero en sentido inverso, se repite a la hora de arriar la Bandera.

Los regimientos, batallones o colectividades civiles escogen como abanderado a la persona de más sobresalientes méritos. La empuña con la mano derecha, mientras descansa el extremo inferior del asta en un cubilete sostenido por un tahalí. Cuatro personas mas hacen guardía de honor.

Le han cantado también a la Bandera Nacional, en inspiradas composiciones en verso, los siguientes poetas salvadoreños:

Carlos Bustamante.

Oración a la Bandera Salvadoreña, premiada con medalla de Oro en el concurso promovido por el diario " La Prensa" en 1915).

Armando Rodríguez Portillo

" Bandera Patria, Página 113 de " El Ruiseñor Oriental" edición de 1927.

Joaquín Zaldívar

Bandera Salvadoreña José Valdez,"Símbolo Heroico" página 101 de poesia pura edición de 1929.

José Leiva

" A la Bandera Salvadoreña

José Luis Barrientos

Accésit del Concurso del Diario " La Prensa en 1915 y Juan José Cañas A la Nueva Bandera Nacional.

Carlos A. Imendía
Escribió un Himno a la Bandera Salvadoreña cuya música compuso Ciriaco de Jesús Alas y Francisco Gavidia otros con música del mismo compositor sonsonateco.

La Bandera azul y blanco sustituyó a la antigua de cinco fajas azules y cuatro blancas que en el ángulo superior ostentaba un cuadro de color encarnado, con 14 estrellas blancas de cinco picos cada una las cuales simbolizaban los 14 departamentos de la República.

Esta Bandera fue adoptada por decreto de 28 de abril de 1865 publicado el 8 de mayo del mismo año en " El Faro". Lo emitió con la expresa autorización del Poder Legislativo, El Presidente de la República, Doctor Francisco Dueñas, con Gregorio Arbizú como Ministro de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública.

La primitiva bandera sólo tenía en el cuadro encarnado 9 estrellas, en representación de los 9 departamentos de aquella época, los cuales, dichos por su orden de antiguedad, son: San Salvador, Sonsonate, San Vicente, San Miguel, La Paz, Santa Ana, Chalatenango, La Libertad y Cuscatlán. A medida que aumentaba el número de los departamentos fueron agregándose estrellas hasta completar 14 en 1875.

El 14 de mayo de 1865, en la Iglesia Catedral de San Salvador, fue bendecida por autoridades eclesiásticas la Bandera en suntuosa ceremonia.

Asistieron el Presidente de la República, Doctor Francisco Dueñas, miembros de su Gabinete, empleados civiles y militares y una muchedumbre de gente. La Guarnición capitalina le rindió a la insignia los honores correspondientes.

En el periódico " El Faro", edición de 22 de mayo del mismo año el poeta Juan J. Cañas, autor de la letra del Himno Nacional, publicó en 10 octavas reales una composición dedicada a la Bandera. "Te inauguras le dice, gallarda/ y sin mancilla y sin bélico origen que empañe"/"Dios te bendiga, que te proteja su benigna mano de paz eterna abriéndote el camino".

El 2 de abril de 1851, la Dieta Nacional, con sede en León, Nicaragua, creada por el Pacto de León celebrado en 1849, decretó obligatoria la Bandera de la Federación Centroamericana, compuesta de dos fajas azules una blanca en el centro, con el escudo dibujado, para la República integrada por Honduras, El Salvador y Nicaragua.

También la República Mayor de Centro América, compuesta por El Salvador, Honduras y Nicaragua, como resultado del Pacto de Amapala firmado en junio de 1895, adoptó la Bandera de 1851 con dos fajas azules y una blanca en el centro, izada el 1 de noviembre de 1898. Debido a los acontecimientos del 21 de noviembre de 1898, que dieron fin a la República Mayor, volvió la Bandera de las 9 fajas y el cuadro encarnado con 14 estrellas.Los colores azul y blanco de la Bandera de la Federación Centroamericana fueron sugeridos por Manuel José Arce, cuando los milicianos salvadoreños lo nombraron jefe de las fuerzas de El Salvador que se oponían a la anexión a México, decretada en 1822.

Recordó Arce los colores de los próceres argentinos San Martín Belgrado y comunicó la idea a doña Felipa Aranzamendi, su esposa, y su hermana Antonia Manuela, ambas mujeres confeccionaron con seda blanca y celeste la Bandera de la Provincia de El Salvador.

En solemne ceremonia celebrada en la Iglesia Catedral, con asistencia del pueblo y las tropas, fue bendecida el 20 de febrero de 1822, después de la misa de campaña. Con ella como lábaro se cubrieron de gloria los ejércitos salvadoreños, hasta caer vencidos por la superioridad de adversario.

Para rendir homenaje a la enseña de Arce, la Asamblea Nacional Constituyente decretó la azul y blanco como Bandera de la Federación Centroamericana el 21 de agosto de 1823, con el Escudo en el centro

ESCUDO DEL SALVADOR


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Oficialmente adoptado el 15 de septiembre de 1912, junto con la Bandera azul y blanco de la Federación, el Escudo de El Salvador tiene las siguientes figuras:

Un triángulo equilátero:

En la base del triángulo, las aguas del Pacífico y del Atlántico bañan una cordillera formada por cinco volcanes. En la parte superior del triángulo se encuentra un arco iris. Bajo el arco iris, el gorro frigio de color encarnado, esparciendo luces; sobre las luces, en semicírculo, la leyenda 15 DE SEPTIEMBRE DE 1821.
Alrededor del triangulo, en letras de oro las palabras REPÚBLICA DE EL SALVADOR EN LA AMÉRICA CENTRAL. En la base del triángulo, la leyenda DIOS UNIÓN LIBERTAD, a cada lado del triángulo, dos banderas una con dos franjas azules y una blanca en el centro, que se entrelazan en la mitad de la base del triángulo, y una bandera igual en el vértice superior. Todas en asta que termina en una lanza; y dos ramos de laurel entrelazados en forma circular, que termina en las dos banderas laterales superiores, cada uno con siete gajos. El triángulo indica que todos somos iguales ante la ley; los ángulos, los tres poderes del Gobierno: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
En la Cordillera están representadas la naturaleza volcánica de nuestro suelo y las cinco naciones que forman centro América.Los dos mares son el Atlántico y el Pacífico, que bañan las costas centroamericanas. El arco iris es símbolo de paz. El gorro frigio proclama la libertad y los rayos luminosos que lo rodean, los ideales del pueblo salvadoreño.
La leyenda puesta sobre el espacio luminoso indica la fecha de nuestra emancipación política. Nuestra condición de miembros de una sola patria, la Centroamericana está expresada en la leyenda del rededor. Las palabras colocadas al pie indican nuestra creencia en un Ser Supremo, la armonía que debe reinar en la familia salvadoreña y el principio de independencia que nos rige en el pensamiento, la palabra y la acción.Las cinco banderas representan a las cinco naciones Centroamericas.
En los ramos de laurel está simbolizada la gloria que debemos conquistar en todos los aspectos de la actividad humana.Por último, los 14 gajos representan los 14 departamentos en que administrativamente se divide la república de El Salvador.
El diseño original del escudo pertenece al calígrafo salvadoreño Rafael Barraza Rodríguez, quien venció en el concurso promovido al efecto por el Ministerio de Guerra y Marina. Tuvo treinta competidores. No satisfecho con las bases del certamen,el señor Barraza Rodríguez le agregó al Escudo los cinco pabellones de El Salvador que rodean al triángulo y los dos ramos de laurel que abarcan el conjunto.Un decreto de la Asamblea Nacional, emitido el 20 de marzo de 1916 y publicado en el Diario Oficial siete días después, le dió fuerza de ley a las dos insignias agregadas. Presidía el Congreso don J. M. Batres; Presidente de la República era don Carlos Meléndez, y Ministro de Guerra el doctor Enrique Córdova.
Los Originales del Escudo elaborado por el señor Rodríguez Barraza, uno en negro y otro en colores, fueron exhibidos en las vitrinas de Ferretería Sagrera, de la capital, varios días del mes de agosto de 1912, junto con los trabajos de los demás concursantes.
Refiere un cronista que frente a la exhibición comenzó a desfilar público capitalino "y todas las miradas se detenían con insistencia en el escudo de los laureles y los pabellones"
La ley ordena que el Escudo sea colocado en todos los puertos y oficinas públicas. Lo Llevarán con todos sus emblemas: El gran sello de la Nación, el sello de la Secretaría de la Asamblea Nacional, el de agente del Gobierno y los Tribunales de Justicia.
También podrá usarse el Escudo en los muebles o vehículos de propiedad nacional, en el papel de la correspondencia de los Supremos Poderes del Estado y por las personas o instituciones particulares en cada fiesta o duelos nacionales. El poder Ejecutivo podrá también autorizar el uso del Escudo, a condición de que no lleve las leyendas "República de El Salvador en la América Central" y" Dios Unión Libertad", tampoco los ramos de laurel.Los pabellones del rededor se pueden suprimir a voluntad.
Las personas que usaren u ordenaren el uso del Escudo en forma y manera distinta a las que prescribe la ley, serán castigadas gubernativante con una multa de cincuenta colones por cada infracción. En la misma fecha en que fue cambiada la Bandera Federal también se modificó el Escudo de Armas de El Salvador. El Decreto está fechado el 20 de abril de 1865, el 18 de mayo siguiente lo publicaba el periódico " El Faro".De conformidad con este Decreto el Escudo esta colocado en un medallón redondo con los bordes de color caoba. En el espacio inferior del escudo, un volcán semejante al Izalco en espacio superior, 9 estrellas en semicírculo que representan los nueve de departamentos de aquel año.
A ambos lados del Escudo descienden dos cuernos de abundancia derraman flores y frutos del país. De la unión de los cuernos arranca un vertical que sostiene un gorro frigio.
El Escudo está limitado por una faja circular en donde se leen palabras: REPÚBLICA DEL SALVADOR EN LA AMÉRICA CENTRAL, arriba y en forma de semicírculo, la frase 15 DE SEPTIEMBRE DE 1821 en letras negras entre rayos luminosos y con el gorro frigio en el centro. Las banderas sirven de fondo, en la parte inferior, a un carcaj de color caoba, colocado diagonalmente de derecha a izquierda; las plumas color que contiene, tocan la parte inferior derecha del Escudo. Cruzando el carcaj, de izquierda a derecha, en forma de letra X un arco de color caoba, con la cuerda floja; mas abajo paralela al arco. Flecha. Detrás del carcajo y en su intersección con el arco, arranca una palma verde con hojas gladioladas que se extienden hacia un lado y otro en forma semicircular y hacia arriba, hasta el pie del volcán, sirviendo de orla a la extremidad de las banderas. El medallón tiene por marco una faja blanca en cuya parte inferior hay dos ramilletes enlazados, de laurel verde, que quedan debajo del carcaj y de las palmas.

La Dieta Nacional que funcionaba en León, Nicaragua, el 22 de abril de 1851 decretó el Escudo de Armas de las tres Repúblicas: El Salvador, Honduras y Nicaragua. Era Presidente de la Dieta don Hermenejildo Zepeda y Secretario don Pablo Buitrago, el diseño contenía las siguientes figuras: Un triángulo equilátero en cuya base hay una cordillera con tres volcanes, los que simbolizan las tres naciones unidas por el Pacto de León celebrado en 1849. Los volcanes se elevan sobre un terreno bañado por los dos océanos. Sobre los volcanes, un arco iris; debajo del iris, el gorro de la Libertad " difundiendo luces". En la parte superior, tres estrellas. Limitando el triángulo y en forma de semicírculo, la inscripción FEDERACIÓN CENTROAMERICANA. La República Mayor de Centro América, nacida en 1896 y formada por El Salvador, Honduras y Nicaragua, adoptó el mismo Escudo de Armas decretado por la Dieta Nacional de Chinandega, Nicaragua en mayo de 1851.

En su calidad de provincia de la Federación Centroamericana, El Salvador tuvo el Escudo de Armas decretado por la Asamblea Nacional Constituyente el 21 de agosto de 1823.
Consiste el mencionado escudo en un triangulo equilátero en cuya base hay una cordillera de cinco volcanes bañados por las aguas del Atlántico y el Pacífico. En la parte superior de la cordillera, un arco iris. Bajo el arco iris el gorro frigio de la Libertad rodeado de luces,. Alrededor del triángulo, en forma de semicírculo, la leyenda PROVINCIAS UNIDAS DEL CENTRO DE AMÉRICA, en letras de oro.

La resolución número IV, tomada en la reunión preliminar de Ministros de Relaciones Exteriores de Centro América y consignada en el acta final del 15 de octubre de 1951, adopta como Escudo Oficial de la entidad política el tradicional de Centroamérica y consignada en entidad política el tradicional de Centroamérica, rodeado de la leyenda: "Organización de los Estados Centroamericanos". Tiene el escudo, dentro de un triángulo equilátero, cinco volcanes que bordean los dos mares, el gorro frigio que despide luces y el arco iris en la parte superior.